La revista del segundo trimestre de 2013 compila un homenaje a Simón Alberto Consalvi y textos sobre televisión en Venezuela, violencia y la más reciente campaña electoral.
Neocelebridades
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Recientemente, el
Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, reavivó el debate sobre el
papel de la cultura y la comunicación en la sociedad contemporánea. La
civilización del espectáculo(editorial Alfaguara, 2012), pese a que es una
crítica implacable contra la cultura de masas, no deja de ser un libro
interesante que nos lleva incluso a discernir en torno a los efectos
psicosociales de las industrias culturales y de las nuevas industrias infomediáticas,
inserción de la cultura mediática en la Internet, según Jesús María Aguirre.
En su libro, Vargas Llosa, motivado por la efervescencia de los apocalípticos frankfurtianos Adorno y Horkheimer; conmovido, sobre todo, por la visión elitista de la cultura de T.S. Eliot inicia su reflexión apoyándose, precisamente, en esta idea del poeta estadounidense: “(…) la cultura es patrimonio de una élite (…) porque es condición esencial para la preservación de la calidad de la cultura que continúe siendo una cultura minoritaria”.
Lejos de las objeciones que se le puedan atribuir al Nobel latinoamericano, su libro trasluce un elenco de asuntos nada desechables, incluso para discutirlos con otros planteados, en su momento, por Walter Benjamin y Daniel Bell, por Edwards Shills y Dwigt Mac Donald. Nos referimos a la tensión estética, política y económica que se establece entre alta cultura y cultura de masas, aún no superada en tiempos de mediaciones sociales; la democratización universal de la cultura y la destrucción de la alta cultura (pérdida de valores estéticos o de un canon prevaleciente); y la anti-función de los medios masivos que banalizan la realidad, homogeneizan contenidos y representan estereotipos. Benjamin objetaría a Vargas Llosa sobre el campo cultural aduciendo que si bien la obra de arte pierde su aura o su autenticidad cuando se reproduce técnicamente, ello no es negativo porque permite que sectores de la sociedad estén en condiciones de acceder y participar en la semiosis y producción estética de los mensajes masivos. Daniel Bell y Edwards Shills, por su parte, se opondrían a este enfoque elitista de la cultura, argumentando que uno de los rasgos cruciales de las democracias radica en que la población ha sido incorporada a la sociedad y por ende no es ajena a la diversidad cultural. Estos autores insisten en el tema del acceso de bienes simbólicos desde la perspectiva estética y de la política liberal. En cambio, Dwigt Mac Donald coincidiría con Vargas Llosa, cuando señala que la Masscult: “no es arte fracasado, es no-arte, Más aún es anti-arte.” (cfr. Industria cultural y sociedad de masas, editorial Monte Ávila, 1985).
A tenor de lo anterior, el tema central de la revista Comunicación retoma la discusión en torno a la cultura de masas con estos trabajos: La sociedad del espectáculo: guía turística para el visitante postmoderno de Arturo Serrano; Lo efímero y la diversión. Claves para reconocer el presente de José Luis Da Silva; Los viejos como espectadores y espectáculo de Jesús María Aguirre y Recuerdos del futuro (II). Incluyendo, en la sección Entrevista, la transcripción literal de la conversación que sostuvieran sobre la cultura del espectáculo Mario Vargas Llosa y Gilles Lipovetsky en el Instituto Cervantes de Madrid, en 2012. Estudios nos presenta, en esta ocasión, un par de trabajos que siguen la línea de la comunicación política y cultural; nos referimos a Medios de comunicación y celebridades: producción y consumo de lo bien conocido de Lea C. Hellmueller y Nina Aeschbacher y El insulto y la descortesía en el discurso político venezolano de Yorelis Acosta. Finalmente, Agenda Pública yPretextos versan sobre diversos temas de orden político y comunicacional: el futuro de Globovisión como canal informativo; la cultura de paz en Venezuela; las elecciones presidenciales del 14 de abril; y un reconocimiento a la obra del ilustre escritor, periodista y político venezolano Simón Alberto Consalvi.
Post data: Quizás lo que le faltó a Vargas Llosa fue proponer una educación para la civilización del espectáculo.
Índice de la publicación
Presentación
– Neocelebridades
Agenda Pública
– Globovisión, símbolo de una época. Andrés Cañizález.
– Carta del presidente de Globovisión a los trabajadores de la televisora. Guillermo Zuloaga.
– Comunicación para el desarme: materia de arrastre para la paz en Venezuela. Gabriela Arenas de Meneses.
Pre-textos
– Una campaña de muerte súbita. Agrivalca Canelón.
– El 14-A a la luz de los estudios de investigación. Félix Seijas Rodríguez.
– Marques de Melo: nuestro mentor y enlace continental. Jesús María Aguirre.
– Las últimas cuartillas de Simón Alberto Consalvi (1927-2013). Albinson Linares.
– Simón Alberto Consalvi. Un sobreviviente. María Eugenia Morales / María Belén Otero.
Tema Central
– Lo efímero y la diversión. Claves para reconocer el presente. José Luis Da Silva.
– Los viejos como espectadores y espectáculo. Jesús María Aguirre.
– Recuerdos del futuro (II). Rowan Lozada-Aguilera / Francisco A. Pellegrino.
Estudios
– Producción y consumo de lo bien conocido. Lea C. Hellmueller / Nina Aeschbacher .
– El insulto y la descotesía en el discurso político venezolano. Yorelis Acosta
Informaciones
Vitrina
– Libros, revistas
Entrevista
– ¿Alta cultura o cultura de masas? Conversación entre Mario Vargas Llosa y Gilles Lipovetsky. Instituto Cervantes de España.
Documentos
– Situación de la libertad de expresión en Venezuela 2012. Espacio Público