El pasado martes, 13 de mayo, las instalaciones del Centro Pastoral Santa Rosa de Lima se convirtieron en el epicentro de un evento clave para la Iglesia Católica en la región. En un ambiente de diálogo y reflexión, se llevó a cabo la presentación de los resultados del estudio sobre Sociografía Religiosa realizada por los investigadores del Centro Gumilla, el doctor en Ciencias Sociales, Jesús María Aguirre S.J y la psicóloga Melanie Pocaterra. El vocero de estos resultados fue Piero Trepiccione, coordinador de Gumilla Lara. La jornada contó con la presencia destacada del Arzobispo Monseñor Polito Rodríguez, el padre Raúl Herrera, SJ., de la parroquia Jesús de Nazareth, sacerdotes del clero arquidiocesano y un grupo de laicos comprometidos.
La citada investigación, busca ofrecer una radiografía del panorama espiritual y pastoral en el país y la región, abordando temas como la evangelización, la percepción de los sacramentos y el lugar que ocupa la Iglesia en la vida cotidiana de los fieles. Este estudio no solo pone sobre la mesa datos reveladores, sino que también invita a una profunda reflexión sobre los desafíos que enfrenta la Iglesia en su misión.

Durante el evento, Monseñor Polito Rodríguez compartió algunas observaciones que resonaron entre los asistentes. Una de sus declaraciones más contundentes fue: «Podríamos decir que nos quedamos con el Cristo muerto, pero el Cristo resucitado no aparece.» Con estas palabras, el arzobispo señaló una tendencia preocupante en la teología predominante: una marcada inclinación hacia el dolor y el sufrimiento, dejando en segundo plano el gozo y el triunfo que representa la Resurrección. Este enfoque, según el prelado, podría estar influyendo en la forma en que los fieles viven su fe y perciben los sacramentos.
Este evento no solo marcó un hito en términos de análisis sociológico-religioso, sino que también abrió un espacio para el diálogo entre líderes religiosos y laicos comprometidos. La presentación de este estudio es un llamado a reflexionar sobre cómo la Iglesia puede renovar su misión y responder con mayor eficacia a las necesidades espirituales y sociales de su comunidad.
En palabras del padre Raúl Herrera: «este es un momento clave para mirar hacia adentro y hacia afuera, para preguntarnos cómo estamos sirviendo y cómo podemos mejorar.» Sin duda, los resultados del estudio son un punto de partida para construir una Iglesia más cercana, más viva y más conectada con las realidades de su pueblo.