En el corazón de la parroquia La Vega, un proyecto esperanzador ha comenzado a tomar forma con la misión de fortalecer el tejido social y mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. Bajo la coordinación del Centro Gumilla y con el apoyo de la obra episcopal de la Iglesia Católica Alemana, MISEREOR, este proyecto busca crear un cambio significativo en la comunidad, enfocándose principalmente en la protección y promoción de espacios seguros para niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
Un Encuentro de Colaboración y Planificación
El primer encuentro de formación y planificación semestral marcó el inicio de esta iniciativa, reuniendo a representantes de diversas obras eclesiales, instituciones educativas y actores comunitarios. Tahylin Suárez, técnico sociocomunitario del Centro Gumilla, destacó la importancia de manejar conceptos comunes entre todas las obras involucradas, asegurando que el trabajo se realice de manera articulada y no como una imposición. Este enfoque colaborativo ha sido clave para lograr que todos los representantes participen activamente en el proyecto.
Wilmer Ramírez, coordinador de formación del Centro Gumilla, subrayó que el proyecto no se limita a entregar una estructura fija a los participantes, sino que busca construir alternativas en conjunto, promoviendo la creatividad y la participación activa. «La idea es que las personas tengan la capacidad de aportar ideas para dar respuesta a los temas socioambientales y espacios seguros previstos en el proyecto», afirmó Ramírez.

Tres Procesos Claves para el Éxito
El proyecto se estructura en torno a tres procesos fundamentales: la articulación de las obras eclesiales presentes en la zona, el fortalecimiento del componente educativo en La Vega, y la participación comunitaria en cinco barrios priorizados. Vicente Ávila, administrador de proyectos del Centro Gumilla, explicó que estos procesos están diseñados para abordar las necesidades más urgentes de la comunidad y fomentar un entorno seguro para los jóvenes.
Un Proyecto Atípico y Dinámico
Una de las características más destacadas del proyecto es su enfoque atípico. No se trata de un plan con lineamientos rígidos, sino de una iniciativa que se construye colectivamente, permitiendo desarrollar ideas y actividades cada semestre. Esta flexibilidad ha sido crucial para adaptarse a las necesidades cambiantes de la comunidad y garantizar que todos los actores tengan voz en el proceso.

Testimonios de Esperanza y Compromiso
Los participantes del encuentro compartieron sus impresiones sobre esta experiencia transformadora. Bonysw Mora, representante del Colegio Alianza Fe y Alegría, describió el encuentro como una oportunidad para conectarse con sus compañeros y con la misión común de promover el tejido social en La Vega. Doménica Vega, participante activa en varias organizaciones comunitarias, destacó la importancia del autocuidado y el bienestar mental como parte integral del proceso.
Rafael Poleo, representante de la Universidad Católica Andrés Bello, expresó su entusiasmo por la sinergia generada entre las obras de la Compañía de Jesús. «Es un trabajo que vale la pena y que nos sigue uniendo en esta misión», afirmó Poleo.
Mirando Hacia el Futuro
Con el objetivo de expandir el impacto del proyecto, se espera que en futuros encuentros participen no solo representantes de las obras eclesiales sino también padres, docentes y líderes comunitarios. Este enfoque inclusivo busca asegurar que cada vez más personas se sumen a esta causa, enriqueciendo el tejido social en La Vega y creando un entorno más seguro y próspero para todos sus habitantes.
En resumen, el proyecto Promoviendo el Tejido Social Comunitario en La Vega representa un esfuerzo conjunto por transformar una comunidad desde sus cimientos. Con un enfoque colaborativo y flexible, esta iniciativa promete ser un faro de esperanza y cambio positivo para todos los involucrados.