Foto: Polítika UCAB
La Semana Santa fue una aventura para 57 universitarios misioneros que estuvieron en el interior del país en labores comunitarias
Es el viernes previo a Semana Santa y la Ucab no está vacía. Por sus pasillos caminan estudiantes con equipaje, algunos en la farmacia compran el cepillo de dientes que siempre se queda en casa, otros las acostumbradas provisiones: Chucherías.
A la dirección de Pastoral llegan maletas y bolsos de distintos tamaños y colores, almohadas, sleeping, colchones inflables. En Universitarios en Misión (UM) hay cajas de comida y de materiales: marcadores, plastilina, paletas, hojas, temperas, dibujos, juegos y alegría. Alguien se va de viaje, pero no a cualquier lugar. Son las 6:00 pm y la iglesia María Trono de la Sabiduría se llena de jóvenes de distintos colores, géneros, tamaños, carreras. Unos son de la Universidad Católica Andrés Bello otros son del Instituto Jesús Obrero (Iujo), ubicado en Los Flores de Catia. Pero todos tienen algo en común: La Misión.
Entre risas y conversaciones esperan. Siguen llegando jóvenes. 57 en total. ¡Epale!, grita uno. De repente un silencio invade el templo. Empieza la ceremonia de envío y con ésta el Campamento Misión 2009. Al instante el Alma Misionera, himno y modo de vida de éstos jóvenes, retumba en las paredes de la iglesia. Ya los autobuses llegaron y los muchachos se dividen en dos grupos: Los que van a la Casa de Retiro Quebrada de la Virgen, ubicada en Los Teques y los que van a la Casa de Ejercicios Espirituales de Cristo Rey, en El Hatillo. Allí permanecerán hasta el martes para luego partir a comunidades suburbanas en Barquismeto.De misiónEntre el viernes 3 de abril y el domingo 12 de abril se realizó el Campamento Misión 2009. En esta actividad participaron 57 jóvenes. La primera parte del campamento consistió en «un taller teórico-práctico, basado en los Ejercicios de Ignacio de Loyola, el cual, mediante herramientas de introspección, busca suscitar procesos de conocimiento personal, aumento de la autoestima, afianzamiento de valores cristianos y crecimiento en la dimensión afectivo-espiritual”.Pasados los cuatro días de ejercicios espirituales inició la segunda parte de la experiencia. Nuevamente, con maleta en mano, los jóvenes subieron al autobús que llevaba como destino la comunidad de Pavia, ubicada en el Km. 20 de la antigua carretera Barquisimeto-Carora, estado Lara. Ahí se dividieron para insertarse en cinco comunidades suburbanas: Cottolengos, Cuesta Grande, Los Cámagos, Pavia y Tapa de Piedra. La misión: interactuar con la comunidad, realizar actividades recreativas con niños, adolescentes y adultos, y participar en las celebraciones propias de la Semana Santa.
El Campamento Misión tiene como duración toda la Semana Santa. Su realización se divide en tres partes: Equipo de avanzada, Ejercicios Espirituales y la misión en las cinco comunidades; y es organizado por 12 personas entre la Ucab y la coordinación de Pastoral del Iujo. Ambas instituciones conforman UM.
UM es una asociación civil laical ignaciana, organización no gubernamental, sin fines de lucro, de orientación católica que se encuentra conformada, para y por estudiantes de educación superior con sentido de responsabilidad y solidaridad social, basada en la Espiritualidad ignaciana. “Convencidos que en el país hay mucho por hacer, porque el mundo no se hace solo, han decidido, de esta manera, darle un plus a su vida y sentido a sus opciones profesionales, creando capital social”.
Es sábado de Gloria y los jóvenes van llegando de sus comunidades a Pavia. ¿Qué vegetación los unió? Cujíes, cardones y tunas. ¿Qué trabajo los hizo iguales? El servicio. ¿Qué es un misionero? Ellos. La llama se enciende para realizar la bendición del fuego y en cada uno de los misioneros arde la satisfacción y las ganas de volver. Las personas de esas comunidades no son invisibles, existen y con cada visita se dignifican ambas vidas: la del misionero y la del poblador. Una vez más el Alma misionera, retumba, pero está vez dentro del caney, en los cujíes, en las piedras y en el cielo: “Llévame donde los hombre necesiten tus palabras, necesiten mis ganas de vivir. Donde falte la esperanza, donde falte la alegría, simplemente por no saber de ti”.
Minerva Vitti