Semana 2
En la segunda entrega de Insumos bíblicos para la Vida: Cuaresma 2025 se reflexiona sobre la subida al monte Tabor: la Transfiguración de nuestro señor Jesucristo.
LC 9, 28-36
La Montaña: Un Espacio de Encuentro Divino
28 Ocho días después de estos discursos, tomó a Pedro, Juan y Santiago y subió a una montaña a orar.29 Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y su ropa resplandecía de blancura. 30 De pronto doshombres hablaban con él: eran Moisés y Elías, 31 que aparecieron gloriosos y comentaban la partida deJesús que se iba a consumar en Jerusalén. 32 Pedro y sus compañeros tenían mucho sueño. Al despertar,vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. 33 Cuando éstos se retiraron, dijo Pedro a Jesús:–Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a armar tres chozas: una para ti, una para Moisés y una para Elías –no sabía lo que decía–. 34 Apenas lo dijo, vino una nube que les hizo sombra. Al entrar en la nube,se asustaron. 35 Y se escuchó una voz que decía desde la nube: –Éste es mi Hijo elegido. Escúchenlo. 36Al escucharse la voz, se encontraba Jesús solo. Ellos guardaron silencio y por entonces no contaron anadie lo que habían visto.
En la tradición bíblica, las montañas son mucho más que accidentes geográficos; son lugares de encuentro con lo sagrado. En el relato de la Transfiguración, Jesús lleva a Pedro, Juan y Santiago a una montaña para orar. Este acto subraya la importancia de la oración como medio esencial para experimentar la presencia divina. En lo alto de la montaña, los discípulos son testigos de un momento extraordinario: la gloria de Jesús se revela ante ellos. Esta escena nos recuerda que, en la intimidad de la oración, es posible encontrarnos con Dios y renovar nuestra fe.
Gloria y Sufrimiento: Dos Caras de una Misma Moneda
Un aspecto central de este pasaje es la conexión entre la gloria y el sufrimiento. Durante la Transfiguración, Jesús conversa con Moisés y Elías sobre su inminente partida en Jerusalén, una alusión a su pasión y muerte. Este mensaje resuena profundamente en el tiempo de Cuaresma, invitando a los creyentes a reflexionar sobre sus propios desafíos y sufrimientos. La lección es clara: el camino hacia la gloria no está exento de pruebas, pero estas son parte integral del proceso de transformación espiritual.
Desde la nube que los envuelve, se escucha la voz del Padre proclamando: «Este es mi Hijo elegido; escúchenlo». Este mandato resalta la necesidad de prestar atención al mensaje de Jesús en un mundo lleno de distracciones. Escuchar activamente su palabra no solo fortalece nuestra fe, sino que también nos guía hacia una vida más plena y auténtica.
La Reacción Humana ante lo Divino
La respuesta de los discípulos ante este evento es profundamente humana: miedo, confusión y un deseo de quedarse en ese momento sublime. Pedro propone construir tres chozas, buscando prolongar la experiencia celestial. Sin embargo, este episodio nos recuerda que no podemos quedarnos estancados en momentos de confort espiritual. La fe nos desafía a seguir adelante, enfrentando las realidades del sufrimiento y el compromiso diario.
En definitiva, la Transfiguración es mucho más que un evento aislado en los evangelios; es una invitación a mirar más allá de lo superficial y a emprender un camino de transformación personal. En esta Cuaresma, los cristianos son llamados a reflexionar sobre la gloria y el sufrimiento de Cristo, escuchando su voz y respondiendo con valentía a su llamado. Solo así podemos vivir una fe auténtica que nos acerque más a Dios y a nuestra verdadera esencia espiritual.
En esta semana «Insumos bíblicos para la Vida. Cuaresma 2025» , nos explica este capítulo, así como meditaciones, la liturgia semanal y la oración Ignaciana.
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