Eloobispo de Maturín me pidió que diera en su diócesis un curso sobre Doctrina Social de la Iglesia. Yo le dije que me parecía bien, pero que no podía entenderlo como doctrina -conceptos que se aplican a la realidad- sino inductivamente: cómo se encuentra la situación, tanto en nuestro país como en el mundo respecto de cada tópico, qué dice el evangelio sobre él y cómo pasar desde donde estamos a lo que Jesús planteó al respecto. Por ejemplo, tomando el tema primero, el más elemental, cómo está en nuestro país y a nivel mundial la vida: en nuestro país la vida no vale nada y en el orden establecido en el mundo las mercancías son lo absoluto y la vida se valora en función de la capacidad de compra.
Cómo valora Jesús la vida: la vida no es un botín del que se apropia el que puede, sino el don sagrado de Dios que nosotros tenemos que cuidar, cultivar y compartir. Y, qué tenemos que hacer para superar el actual estado de cosas y dirigirnos a vivir la vida que Dios nos da con la dignidad de hijos de Dios y la solicitud de hermanos.
El obispo estuvo de acuerdo con el método. Pasé dos fines de semana en Maturín y me convencí que a la gente le hacía bien hacerse cargo analíticamente de lo que vivía; contemplar el proyecto de Dios revelado en Jesús, que se captaba como la propuesta verdaderamente humanizadora; y ver qué podían hacer para dirigirse conscientemente y con todas las ganas y las fuerzas hacia lo que Jesús vivió y propuso, que se apreciaba como lo realmente pertinente. Por eso me puse a investigar y escribir.
Me animó también el deseo de sacar el libro para la celebración de los cincuenta años del Gumilla (enero del 2018) porque veía que era un signo, tanto de la continuidad de la preocupación de fondo (lo social desde la perspectiva cristiana), como de la novedad de esta fase del Gumilla, más inductiva que doctrinal y anclada en el evangelio más que en la doctrina cristiana. En efecto, el fundador de la revista SIC y del Gumilla, el Padre Manuel Aguirre, había ido publicando en la revista esquemas de Doctrina Social de la Iglesia, que luego sacó como libro en el sello editorial Gumilla.
Con el Padre Manuel tuve el gusto de participar en el último Cursillo de Capacitación Social que dio, y me quedé muy impresionado tanto de su perspicacia respecto del don de cada participante, como de su modo de proceder respetuoso, realmente participativo, de la deferencia que tuvo conmigo ya que accedió a cambiar dos esquemas que se utilizaban por los que yo elaboré y le ofrecí con conciencia de mi condición de principiante.
Espero que, con el rodaje, que ya ha comenzado, pueda seguir enriqueciéndose el libro, tanto con nuevos temas como afinando más los contenidos.
Por: Pedro Trigo s.j.
