En el marco de la celebración de los 70 años de Fe y Alegría, Jesús Orbegozo, S.J., rector del programa universitario de este movimiento en Venezuela, destacó que su permanencia y expansión a lo largo de las décadas se debe a su carácter divino. “Es una obra de Dios y él despierta vocaciones para ayudar a que esta labor se mantenga, por eso ha perdurado en el tiempo”, afirmó durante una entrevista en el programa De Primera Mano este 5 de marzo.
Fundado en Venezuela en 1955, Fe y Alegría nació como una respuesta a la necesidad de educación en comunidades vulnerables. Gracias a la generosidad de Abraham y Patricia Reyes, quienes donaron una casa para la creación de su primera escuela, el movimiento inició un camino que hoy lo posiciona como un referente educativo mundial. Actualmente, cuenta con más de 200 centros educativos en Venezuela y presencia en 22 países de América, Europa, África y Asia.
Orbegozo subrayó que el éxito de Fe y Alegría radica en su capacidad de adaptación a los contextos cambiantes. “El mayor aporte ha sido formar a cientos de miles de jóvenes y adultos que han culminado sus estudios, transformando sus vidas y las de sus comunidades”, señaló. Asimismo, destacó que los valores fundacionales del movimiento, como la solidaridad y la generosidad, siguen siendo pilares fundamentales.
En estos 70 años, Fe y Alegría no solo ha crecido en infraestructura, sino también en impacto social. Su modelo educativo alternativo ha sido clave para ofrecer oportunidades a sectores históricamente excluidos. Según Orbegozo, este aniversario es un momento para reflexionar sobre los retos actuales: “Ahora más que nunca tenemos retos y hay que superarlos”.
La celebración de las siete décadas de Fe y Alegría se presenta como una invitación abierta a todos aquellos que comparten su visión y valores. En palabras de Orbegozo, el movimiento continúa siendo un faro de esperanza y transformación para las comunidades más necesitadas, reafirmando su compromiso con la educación popular y de calidad.
Con una historia marcada por la resiliencia y la fe, Fe y Alegría sigue demostrando que la educación puede cambiar vidas y construir un futuro más justo.
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